domingo, 29 de mayo de 2011

¿Por qué comiendo a ciegas?

¿Qué es lo que comemos? ¿Sabemos realmente lo que contienen los alimentos que compramos? Llevo mucho tiempo haciéndome estas preguntas.

Nos dicen que debemos comer pescado 3 veces por semana, y sin embargo parece que la mayoría de los peces que comemos tienen mercurio o vienen de piscifactorías donde se alimentan de sus propios excrementos. Y ¿qué decir del pollo? Cuando vas al supermercado ves los pollos blanquecinos y con un aspecto muy poco saludable, sin embargo, los de corral son amarillos y parece que criados en mejores condiciones, por lo que acabas comprándolo, aunque cueste el doble, pero luego te enteras de que les ponen colorante para que tengan ese color, ¿es verdad? ¿realmente son de mejor calidad? ¿merece la pena gastarse más dinero?

Todas estas preguntas y muchas más, me las hago yo, cada vez que voy a la compra, y supongo que no soy la única. Cuando investigas un poco sobre lo que llega a nuestra mesa, te dan ganas de no volver a comer nunca más. He leído libros terroríficos sobre lo que hacen en EEUU con la comida, cómo crían los pollos, en condiciones totalmente insalubres, y las vacas, a las que alimentan de maíz y luego deben darles antibióticos para que no se mueran por este tipo de alimentación, y me pregunto, y en España ¿qué pasa? No creo que lleguemos a los niveles de EEUU, pero querría saber cómo funcionan aquí las cosas. Me propongo averiguarlo, investigando los procesos de producción y distribución. Mi objetivo es poder comprar alimentos con conocimiento de causa, para no seguir comiendo a ciegas.